miércoles, 19 de noviembre de 2008

Teatro desde la biblioteca

Tenemos una filosofía al hacer teatro y de este modo, aunque participamos en certámenes y concursos, lo hacemos no para ganar, sino para valorar nuestro trabajo y a la vez que lo puedan disfrutar otros. Lo principal para nosotros es valorar la importancia del grupo, desinhibirse en el escenario, aprenderse un papel, saber entonar un texto, meterse en un personaje, cantar y bailar si es necesario y sobre todo apreciar la labor de todos.
El bibliotecario lleva a cabo el proceso de dirección con el siguiente esquema: Trabajo de mesa, planificación del montaje y actividades con los actores.
Durante los ensayos se toman notas de hasta doce indicadores de evaluación, que después se remiten a las tutoras.
Para el vestuario se cuenta con la colaboración de madres y padres, mientras colaboran en el atrezzo los conserjes, el profesor de informática en el montaje de los efectos especiales, la de música en bailes y danzas y en general todo el profesorado, con quien se tiene el primer detalle al representar las obras en el colegio antes que en otros lugares hasta finalizar el curso con una ceremonia de agradecimiento a cuantos han colaborado.
Se consigue así que el teatro sea una labor de todos y para todos.

Teatro desde la biblioteca

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martes, 18 de noviembre de 2008

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Gonbidatu batzuk

Hemen dituzue liburutegira etorri diren gonbidatu batzuk: Kun-Kun, Antton Irusta, Bibiñe Pujana, José Miguel castro, liburuzaina eta... argazkirik onena: umeen aurpegia!

Para que el trabajo sea tu vocación


Vaya por delante que la primera premisa es surgir de una convivencia familiar que permita una estabilidad emocional desde la que empezar a forjar una personalidad con criterio. La educación es fundamental y a este fin deben entregarse los padres desde la más tierna infancia de sus hijos.
Para complementar la educación de casa deben elegir un colegio que permita la socialización y encauzamiento académico de los niños. En casa los progenitores estarán ayudando, soportando, animando y tratando de mejorar la calidad humana e intelectual de su prole. Tanto la familia como el colegio establecerán planes en los que el niño pueda aprovechar las vivencias a su alrededor para que se implique en cuantas se lleven a cabo, porque de todas las ocasiones se aprende, lo mismo que se sacan conclusiones de las experiencias.
Los niños tendrán que tratar con gente de todo tipo, no sólo para aprender así a convivir, sino para darse y exigir hasta convertirse en personas con criterio.
La formación sirve no sólo para adquirir conocimiento, sino para saber razonar ante todo lo que nos ocurre y para prepararnos para responder a cuanto surja.
Por todo esto no hay que buscar la comodidad, sino pensar que quien quiera algo debe estar preparado para soportar adversidades y eso se consigue con trabajo y esfuerzo.
Sin ponernos grandes objetivos a largo plazo lo realmente importante es saber vivir cada instante a tope, sin inclinar la balanza de nuestra vida sólo al trabajo o sólo al ocio, sino buscando un equilibrio entre ambos.
Es fundamental, en definitiva, aprovechar las oportunidades que se nos presenten sin olvidar que el estudio, rigor, disciplina y entrega a cuanto hagamos nos convertirán en trabajadores felices mientras nos hacemos personas.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Educar en tiempo de crisis


Los medios de comunicación nos recuerdan todos los días que vivimos una época de crisis y lo demuestran con datos estadísticos de abusos, pérdida de poder adquisitivo, problemas para responder a las hipotecas, para llegar a fin de mes y con un paro, el más alto de la Unión Europea, que cada día va en aumento amenazando así aún más el futuro de las familias. Las perspectivas inmediatas no auguran una mejoría, al menos para el próximo año. No me voy a meter en quén o qué ha sido lo que nos ha conducido a esta situación porque aparte de no ser un experto en economía no quiero pensar que una sola causa sea la desencadenante de esta situación.
En lo que a mí se refiere, y considero que conmigo a la inmensa mayoría de ciudadanos, me atrevo a emitir un dignóstico: vivimos por encima de nuestras posibilidades, nos damos caprichos innecesarios y nos hemos creado un ritmo de vida vertiginoso en el que tras cinco días de un rápido ir y venir vivimos a tope los fines de semana y las vacaciones. Para ello nos hemos pertrechado de una vivienda, un coche, un segundo lugar para holgar y rodeado de todo lujo de comodidades de entre tantas como nos ofrece la sociedad de consumo que vivimos.
Consecuencia de todo esto hemos creado unos niños acostumbrados a disfrutar del ocio, a ser comprados por unos padres que apenas los ven dándoles tantos caprichos que no saben lo que significan valores como esfuerzo, constancia, compañerismo o trabajo. Unos niños aparcados desde su nacimiento en guarderías y escuelas hasta el extremo de pasar fuera de casa más horas que sus padres, quienes se sorprenden de que al llegar a la adolescencia, por cierto cada vez a edad más temprana, sean capaces de hacer las burradas que se dicen por los medios de comunicación. ¿Qué va a pasar con ellos sin valores, sin capacidad de sacrificio y acostumbrados a pedir y tener en una situación de escasez?
Es hora de ir fijando criterios para mejorar la situación actual y prepararles para su futuro y para el que dicen que nos espera. Para ello hay que dedicarles tiempo. Cuando son pequeños hablarles mucho, sin gritos, con argumentos, pero también con firmeza. Somos los adultos los que tenemos que fijar las normas. No darles todo inmediatamente, que se lo ganen. Contarles historias, pedirles que nos digan lo que han hecho; reducir tantas horas de ver la TV para reunirse a la mesa y aprovechar para dialogar. Compartir y aprovechar lo que se tiene antes de aventurarse a gastar. Reducirse el capítulo de gastos con volver a la comida casera, con comer de todo, reutilizar la ropa, no usar marcas; leer, escribir, pasear, salir con amigos que conozcamos; tener sintonía con la escuela y los maestros. Hacerles ver que que el ser vale más que el tener. Sembrar una vida ordenada y austera anteponiendo la persona al bien material.
Todo ello supone dedicación y sacrificio por parte de todos. Un giro de 180 grados a nuestro actual sistema de vida, ya que por lo visto no sólo no nos vale, sino que nos está ahogando.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Sobre el arbitraje de consumo: cómo solucionar ciertos conflictos


Origen
Los códigos Civil y de Comercio, desde el siglo XVI, regulaban los contratos, aunque por entonces uno de los contratantes lo hacía en un rango de superioridad con respecto al otro porque imponía su contrato.
Desde hace unos treinta años, siguiendo dictámenes de la Constitución, art. 51, aparece la primera referencia a la regulación de los contratos. La Ley General de Derechos de los Consumidores y Usuarios dice en su art. 31 que sean sencillos en su redacción y de sometimiento voluntario por ambas partes: vinculante y ejecutivo para las dos partes.
Cuándo se reguló
El arbitraje de consumo se reguló en 1993 y fue modificado en 2008.
Para qué surge
Surge para solucionar conflictos sobre temas reconocidos legalmente y es sencillo y gratuito, salvo que haya informes periciales.
Quiénes son los sujetos del arbitraje
Los consumidores y los profesionales
A quién se le denomina consumidor
Según la ley de 1984 el consumidor o destinatario último del producto comprado es el que compra el producto para usarlo.Sus relaciones,por tanto, deben ser de consumo (no de venta, por ejemplo.
Materias de arbitraje
Todas, salvo las correpsondientes a intoxicaciones, lesiones o muertes.
Procedimiento
Se nombra un árbitro si la cuestión del litigio es inferior a 300 euros. En los demás casos se nombran tres árbitros, licenciados en Derecho. El acto es público y el arbitraje gratuito, aunque si se lleva abogado o hay informe pericial habrá que pagarlos.
Plazo para el laudo
El plazo son seis meses y hay dos tipos de decisiones arbitrales: de equidad, resuelta según el entender del árbitro y de derecho, sujeta a las normas legales.