martes, 30 de noviembre de 2010

De nuevo llega la tradición navideña: Olentzero


Para saber más sobre la tradición del Olentzero

Los chicos organizaban una comparsa en la que Olentzero iba representado por una persona fea y cabezuda a quien se le ponía un gran sombrero, un chaquetón igualmente grande y una pipa en la boca con la cara tiznada. Le colocaban en un cajón con hojas de laurel y un farol y lo transportaban a hombros. Otro muchacho iba llamando a las puertas para hacer cuestación. Cantaban coplas con la historia de Olentzero y quienes iban detrás formaban el coro:

“Onentzaro begui gorri
nun arrapatudik begui ori?
Zurriyolako arroketan
bart arratzeko amaiketan”

La abuela contaba que rugía por la chimenea, con la cara tiznada, con los ojos rojos y el aire fiero. Que en la Zurriola metía a los chicos en un saco y se los llevaba. Iba cargado de un haz de árgoma y llevaba una hoz en la mano derecha. Le gustaba que las chimeneas estuvieran limpias, si no cortaba la cabeza de quienes habitaban la casa.

La etxekoandre, días antes de Nochebuena, escogía un leño grueso y de tamaño más que regular para alimentar el fuego, en el que se condimentarían por la tarde del día de Olentzero las viandas que se habían de consumir en la cena. El leño se llamaba Olentzero-enbor.

Llegado el día, y después de comer, se arrimaba el leño al fuego y se empezaba a preparar la Olentzero-opari. La fogata tenía que ser grande.

Después de la cena, cuando todos se acostaban, bajaba Olentzero por la chimenea con un aspecto descrito anteriormente, por el abuelo o la abuela, que metía miedo a los pequeños.

Los restos del tronco medio quemado se ponían al día siguiente en el portal de la puerta para que el ganado pasara sobre él y así quedara preservado de ciertos males.

A los chicos traviesos les decían:

“Olentzero begui gorri
txaminira da etorri;
aurten baldin badegu barua,
orrek lepoa kendu guri”

Olentzero
buru aundiya,
entendimentu gabia,
juanden gabian
edandu ola
amar erruko zaguia.
Ai urde tripaundiya,
zagal ustel bet hia!

Origen:

Onen-zaro: noche de los buenos. Olen, Oran, onen y oron son variantes debidas a la existencia de permutaciones fonéticas como las de l: r, n: r.
Zaro: tiempo y noche. En Francia, a las antifonías de Navidad el pueblo las llamaba “les” o de Noël y de aquí salió en la Edad Media “les oleries” o época de las “o”, que en euskera es exactamente Olentzero.

Se le usaba como propagador del nacimiento del Jesucristo:

Olentzero guria
ezin degu ase:
bakarri jan dizkigu
amar zerri gazte:
sayaski ta solomo
makiña bat este:
Jesús jayo dalako
kontsola zatezte

Emen eldu guera
eldu guerade,
berri on batekin,
gure enbajadoria
Olentzero bethi

También para la cuestación:

Orra, orra,
gure Olentzero;
itxirita dago
pipa muturriyan,
arraultzetxuakin,
kapoi pariakin,
biyar merendatzeko
botil arduakin!

Y se hablaba también de su mujer, la matrona vasca aparece en la leyenda:

Olentzero guria,
portuna tristia,
arropak saldu dizka
bere emaztiak

Las ideas de sol, luz, fuego y madera, tan ligadas a la época navideña, han estado relacionadas constantemente en euskera. Egun es leña, pero también día; eguzki es sol con la misma raíz que significa luz celeste diurna. Eguberria quiere decir día, luz o sol nuevos. El tronco de Navidad es una de las viejas representaciones del sol, productor de luz y calor.

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