sábado, 26 de mayo de 2012

¿Qué está pasando?

9 de mayo de 2012, final de la UEFA league. 25 de mayo, final de la Copa del Rey. Durante un mes entero Bilbao se engalana de rojo y blanco como si de un sudario o venda se tratara con el que parecemos querer mitigar la que está cayendo: paro, crisis, recesión económica, congelación de sueldos, despidos,... Nada se libra: banderas en el Ayuntamiento, en la Diputación, en bares, cafeterías, Gobierno Civil, balcones, ventanas,... De las ventanas de los colegios han surgido también, como si fueran lo más granado de la educación, grandes lenguas rojiblancas. La gente toda viste camisetas rojiblancas, gorros, chapelas, boinas, sudaderas, bufandas,... La crisis nos mira de frente, pero por unos días queremos ver un sueño hecho realidad: ganar un título y sacar la gabarra por la ría ante el deleite general. Se piden días libres para ir a Bucarest, se piden horas para desplazarse a Madrid e incluso se piden préstamos para sufragar viaje y estancia. Sin embargo el 9 se pierde por goleada y el 25 se vuelve a perder, pero ¿no estaremos perdiendo algo más que unos resultados futbolísticos? ¿Qué le está pasando a una sociedad que se preocupa poco por la educación y por su presente e hipoteca su futuro por dos días de locura colectiva? El tráfico se para, la actividad se detiene para abrir pubs, bares, tascas, locales, San Mamés o La Casilla para que corra el alcohol y con él la desinhibición más absoluta por el fútbol ¿Es pasión momentánea? ¿Son ganas de sentirnos pueblo? ¿Es parte de nuestra idiosincrasia o queremos olvidar nuestro presente obviando los problemas por unas horas? Los mayores gritan, los pequeños gritan. Hoy, aunque faltaban más de cinco horas para el partido, hemos tenido pocos usuarios en la biblioteca y quienes nos han visitado, madres incluidas, vestían la camiseta del Athletic. Esta tarde la inmensa mayoría de los niños han venido disfrazados con los colores rojo y blanco. Esta tarde nuestro cuento ha tratado de fútbol. Hemos querido hacer ver que todo esto no es más que un circo que mueve nuestras pasiones y se lleva nuestro dinero, pero es una corriente tan fuerte la que trae el fútbol que nos hemos quedado en offside. Después hemos dado un paseo por donde la avalancha nos lo ha permitido, porque todo era una riada de gente rojiblanca viviendo un sueño con una copa en una mano y agitando la otra, tal vez haciendo burla al presente. Lo hemos querido ver con espíritu reflexivo, pero al final la avalancha nos ha llevado a casa y hemos visto el partido.

No hay comentarios: