Son las seis de la tarde de una tarde cualquiera en la biblioteca de nuestro colegio. La foto está sacada sin que nadie se la espere. En primer plano aparece una madre leyendo mientras su hija ultima sus deberes. Ante ella fomentamos la asistencia del alumnado de Infantil, futuros usuarios, quienes desde lo más bajo, y bajo la directriz de un padre, aprenden a compartir usando la ludoteca. En la primera mesa una niña de quinto se afana en sus tareas mientras otra comenta algo con un adulto y una tercera recoge su material. Al fondo, unas alumnas de cuarto intentan centrarse en sus actividades mientras otra comenta algo exageradamente. A esta hora comienzan todos a retirarse, pero la instantánea es una muestra del uso y aceptación que tiene nuestra biblioteca en la Comunidad Educativa, representada gráficamente por dos sectores, porque el tercero, un servidor, es quien plasma el momento.
¿Qué mejor homenaje que el de la cotidianidad?
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